top of page

A mí también me pasó

  • Foto del escritor: drajuliazamora
    drajuliazamora
  • 22 mar
  • 2 Min. de lectura

Estamos acostumbradas a pensar que estamos solas en nuestro pesar, estamos acostumbradas a normalizar o devaluar nuestro estado de ánimo, “seguro solo exagero”, “no creo que ella se haya sentido así”, “es normal, ya se me va a pasar”… Creemos que lo que estamos viviendo en nuestro mundo interno no debe ser compartido porque qué pensarán los demás.

Observa tu interior
Observa tu interior

¿Y si los demás preguntan cómo estás?, responderás que “bien” pero dentro de ti hay un mar de pensamientos que gritan auxilio; y si de verdad estás bien, entonces los otros insistirán en verte mal “puedes hablar conmigo”, “debes estar devastada”. Entonces, no hay respuesta correcta para expresarte. Sufrimos en silencio para aparentar, sufrimos con nosotras mismas porque no queremos que los otros y otras sientan nuestro dolor y decimos que nos hacemos las fuertes por los demás. A mí me pasó.


No es fácil levantarte por la mañana e iniciar el día, salir y ver que los demás parece que están bien y disfrutan; caminas o manejas al trabajo y el día comienza a verse gris pero no puedes detenerte porque será peor si te quedas en casa, la vida sigue. A mí me pasó.


Pasan los días mientras pierdes el sentido de la ubicación, das vuelta donde no, olvidas que es miércoles, olvidas que es fin de mes y toda la facturación. Cuando vuelves a casa solo quieres apagar tu mente pero sigue hablando así que te cargas de trabajo para “no pensar”. Entiendes al final que no se trata de no pensar sino de escuchar tus pensamientos y tener el diálogo interno que has tratado de evitar. A mí me pasó.


Y cuando te decides a tener esa charla contigo misma, las cosas comienzan a cambiar: permites expresar tus emociones, buscas apoyo, lloras y gritas cuando quieres, te regulas de nuevo y eres más honesta contigo.


Reflexionas un poco más y te vuelves tu propio apoyo al mismo tiempo que te permites ser apoyada; con el tiempo, los días grises son menos y vuelves a reírte de vez en cuando, te atreves a darte cuenta que ya estás disfrutando de nuevo. A mí me pasó.


Permítete sentir tus emociones, no tengas miedo al diálogo interno pero sobre todo… Recuerda que no estás sola en este camino, te tienes a ti y a partir de ahí al resto de nosotros.

 
 
 

Комментарии


Publicar: Blog2_Post
bottom of page